El enorme roedor había ingresado a la casa, en Estocolmo, comiendo la pared. Se escondía detrás del lavaplatos, hasta que la atraparon con una trampa gigante
ÚN.- La familia Bengtsson-Korsås notó que algo andaba mal cuando su gato, Enok, empezó a negarse a ingresar en la cocina. Pero como no veían nada fuera de lugar, ignoraron el problema.
Hasta que un día percibieron que debajo del lavaplatos había una importante pérdida de agua. Cuando corrieron el aparato para ver qué pasaba, la vieron.
"Estaba aterrada. Era tan grande que apenas la vi salté sobre la mesa de la cocina", contó Signe Bengtsson-Korsås, la madre, en diálogo con Aftonbladet. Con la cola extendida, el animal rondaba los 50 centímetros de largo.
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