José Manuel Riella y Martina López, campesinos del departamento de San Pedro, a unos 400 km al norte de Asunción, se juraron "amor eterno" en una concurrida ceremonia religiosa católica en la que sus principales testigos fueron sus ocho hijos, 50 nietos, 35 bisnietos y 20 tataranietos.
En un altar montado en el mismo predio de su vivienda del distrito de Santa Rosa, el cura del lugar, Cristian Rivera, celebró el oficio de unión del matrimonio.
La novia se puso un largo y delicado vestido blanco y se la vio "muy emocionada", en tanto que el novio vistió un elegante traje, según describió el diario Ultima Hora.
El sacerdote comentó que es la primera vez que celebra una boda con contrayentes centenarios y admitió que se trata de un caso extraordinario.
Los familiares y amigos festejaron el acontecimiento con una fiesta, reportaron los testigos.
En un altar montado en el mismo predio de su vivienda del distrito de Santa Rosa, el cura del lugar, Cristian Rivera, celebró el oficio de unión del matrimonio.
La novia se puso un largo y delicado vestido blanco y se la vio "muy emocionada", en tanto que el novio vistió un elegante traje, según describió el diario Ultima Hora.
El sacerdote comentó que es la primera vez que celebra una boda con contrayentes centenarios y admitió que se trata de un caso extraordinario.
Los familiares y amigos festejaron el acontecimiento con una fiesta, reportaron los testigos.
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