
Una de mis motivaciones fue la presentación de la charla magistral “La nueva cocina dominicana”, que pronunció La Chef Tita “para elevar a niveles superiores la cocina local para convertirla en una gastronomía capaz de competir ante las grandes del mundo”.
Me comuniqué con Katia Coste, asistente especial del cónsul Félix Antonio Martínez, y me expresó que el cónsul tenía muchos compromisos, pero que cuando yo llegara a Estados Unidos la llamara para coordinar una cita con el funcionario.
El jueves 19 me comunico con Coste para la cita y le adelanto que el jueves 26 es un día idóneo para la actividad, y que los empleados podían asistir luego del horario de trabajo, ya que presentía que me informaría que el cónsul no me podría atender.
Katia me expresó textualmente: “Los empleados han tenido mucho trabajo, como un diplomado que cursaron”. Le contesté que un curso de baile le ayudaría a soltar tensiones y me dijo que me avisaba. ¿Pero dónde me avisaría si ella ni siquiera me preguntó el número de teléfono? Me despidió expresándome que tenía una llamada en la otra línea.
Reconozco que cometí un error grandísimo, ya que si le hubiera hecho una propuesta sobre los nuevos bailes como el dembow, “mambo” o el “ay, ay, ay de Amara”, que está “acabando”, quizás hubieran dado el visto bueno. Pero no, prefiero seguir así, proyectando el folklore, sin competencias, porque cada cultura es diferente y debemos apreciar lo que tenemos.
No le podemos presentar al mundo una cultura que no es la nuestra, no podemos inventar. El folklore es una creatividad individual que se hace colectiva, es el pueblo que lo asume. Diversidad sin perder la identidad.
0 comentarios:
Publicar un comentario