A los doctores Amado Castaños G; Nepomuceno Mejía; J.J. Puello Herrera y Juan Batlle, científicos, humanistas y filántropos, en la esperanza de que con la imitación de sus acciones se aclaren los nubarrones en el horizonte de la Patria.Según lo que he leído en este 50 aniversario del golpe del Estado contra “mi caudillo” Juan Emilio Bosch y Gaviño, parece que otros eran los presidentes el 25 de septiembre del 1963, pues ninguno ha tomado en cuenta lo dicho por el que sufrió el golpe de Estado, sino que todos se han ido en alabanzas (algunos por puro cinismo o porque el triunfo teórico del boschismo los ha “convertido” en boschistas), que no son malas, y se han limitado a narrar hechos secundarios, aunque importantes, pero no lo fundamental contra ese atropello retrógrado contra la democracia dominicana, tal y como la narra el propio Bosch, que también fue historiador, ¡y de los buenos! Que el odio de los cívicos que querían los bienes del Trujillato (¡bien!); que los militares, que también venían del Trujillato, no tenían “cultura” democrática (¡bien!); que la iglesia Católica con las marchas de reafirmación cristianas porque Bosch era hostosiano y establecería la “escuela laica” (¡bien!); que Wessin era un león (¡bien!); que Bosch era muy “adelantado” para la época (¡bien!); que la izquierda no “entendió” y se alineó con la derecha cívica (¡bien!); que los partiditos no encontrarían su “moro” con Bosch y buscaron el lado de los golpistas (¡bien!); que el embajador John Bartlow Martín decía que Bosch no le gustaba que lo “contradijesen y se irritaba” (¡bien!); que la polémica con Láutico García; que Bonillita “agitaba” por Rahintel (¡bien!); que la oligarquía no lo quería y luego se repartió el botín de Trujillo, que Bosch dijo que esa riqueza fue sacada del sudor del pueblo dominicano y que volvería a él (¡bien!); que la Guerra Fría, la correlación de fuerzas internacionales, que la Revolución Cubana (¡bien!).
2.- Hay tres cosas que hay que recalcar caigan bien o caigan mal. ¿Fueron los grupos de la misma calaña de los de aquí que tumbaron a Jacobo Arbenz Guzmán, en Guatemala, a Joao Goulart, en Brasil, a Salvador Allende, en Chile, diez años después, y a Chávez en el 2002? ¿Por qué no tumbaron a Pepe Figueres, en Costa Rica, ni a Rómulo Betancourt, en Venezuela, si eran de la misma corriente de Bosch, la “izquierda democrática”? Bosch escribió “La mancha indeleble”, un cuento donde salió huyendo y no entregó su cabeza, como Betancourt, que comenzó una cacería de supuestos comunistas. Bosch, hombre de principios, no lo hizo, al igual que Rómulo Gallegos; y a Raúl Haya de la Torre, en Perú, ni lo dejaron subir siquiera. Bosch era un hombre de principios y llamó a todo el mundo a regresar bajo la promesa de que no perseguiría a nadie. ¡Y así lo hizo!
Bosch murió creyendo en su tesis, varias veces escritas y dichas hasta en grandes asambleas del PRD y del PLD, que nadie se atrevía a tumbar gobiernos en América Latina sin la anuencia de los Estados Unidos, y ahí están los ejemplos de Zelaya, en Honduras, y Lugo, en Paraguay, recientes; y no se llevaron a Chávez (que Condoleezza Rice dijo “que él se lo buscó”), porque era un guardia que contaba con “fuerzas propias”.
3.- ¿Tenía Bosch fuerzas propias (porque el golpe lo conocía hasta Checheré y Fernández Domínguez y otros se lo advirtieron) para impedir a ese “Frente Oligárquico” embravecido por el apoyo de USA. Él, que fue al que le dieron el golpe, dice que no, porque el PRD no era un partido, ni tenía fuerza en parte para oponerse al golpe sin ser arrasado, debido a que era “un partido de simpatizantes y aspirantes”. El Movimiento 14 de Junio (1J4), estaba más organizado que el PRD de esa época, pero tampoco tenía más fuerza que los conjurados, y ofuscado por el brillo de la Revolución Cubana, fue incapaz de ver las conquistas en la Constitución del 1963, y cuando se despertó sus líderes fueron agarrados asando batatas en Las Manaclas, ¡y ganaron los malos! ¡Por ahora, 2013, no he leído eso en parte alguna!
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