Praga. De los Servicios de Hoy. Convertir toda la deuda pública pendiente, “con excepción de la de Grecia, en eurobonos sería, con diferencia, la mejor solución”, a la crisis de la Eurozona, pero choca con los tabúes de la canciller alemana Angela Merkel, afirma el reputado inversionista George Soros.
En los inicios del euro, las autoridades declararon que los títulos de deuda pública de los países miembros eran totalmente seguros, escribe Soros en un artículo en Project Syndicate.
Explica que los bancos comerciales podían invertir en ellos sin necesidad de apartar reservas de capital, y en la ventana de descuento del Banco Central Europeo (BCE) se los aceptaba sin hacer distinciones entre ellos.
A su juicio, “esto creó para los bancos comerciales un incentivo perverso a comprar títulos de deuda de los países más débiles para ganar lo que a la larga no fueron más que algunos puntos básicos, conforme los diferenciales de los tipo de interés fueron convergiendo casi hasta cero”.
Pero la convergencia de los tipos de interés provocó divergencia económica.
Mientras los países más débiles experimentaban auges en el mercado inmobiliario, el consumo y la inversión, Alemania, atada al lastre del coste fiscal de la reunificación, tuvo que adoptar medidas de austeridad e implementar reformas estructurales, agrega.
Señala que “ese fue el origen de la crisis del euro, pero en aquel momento nadie lo advirtió y todavía hoy, es algo que no se termina de comprender bien”.
Para Soros convertir toda la deuda pública pendiente, “con excepción de la de Grecia, en eurobonos sería, con diferencia, la mejor solución”.
No demandaría pagos de transferencias, ya que cada país seguiría siendo responsable de honrar sus deudas, y sometería a los países deudores a una disciplina de mercado más estricta que la de hoy, porque solamente podrían emitir eurobonos para refinanciar vencimientos de títulos anteriores: para tomar más préstamos, deberían hacerlo en su propio nombre, y los mercados castigarían el exceso de endeudamiento con tasas más altas, explica el inversor.
Los eurobonos reducirían considerablemente el coste de financiación de los países endeudados y contribuirían en gran medida a volver a crear condiciones parejas en la Eurozona.
Además, piensa Soros, la calificación crediticia de Alemania no correría peligro, porque los eurobonos seguirían siendo mejores que los bonos emitidos por otros países importantes.
Sin embargo, la emisión de eurobonos no resolvería las disparidades en materia de competitividad puesto que los países de la Eurozona aún tendrían que emprender sus propias reformas estructurales, pero sí remediaría el principal error de diseño del euro.
Y sin embargo, debido a la oposición de Merkel, no se puede ni hablar de eurobonos. ”Todos saben que su deuda es impagable, y la mayor parte de esa deuda la tiene con organismos oficiales: el BCE, otros países de la Eurozona o el Fondo Monetario Internacional”, sostiene Soros.
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